19 octubre 2010

Aristóteles y el Alma

Aristóteles fue uno de los filósofos griegos más importante hasta el día de hoy, ya que sus ideas y pensamientos han perdurado y muchos pensadores contemporáneos se basan o hacen alusión a ellos.



Aristóteles fue discípulo de platón pero pese a esto, difiere en muchas cosas con su maestro, como por ejemplo la dicotomía que establecía platón en donde se separaba el mundo sensible (conocido mediante los sentidos) del mundo inteligible (conocido mediante la razón). Aristóteles dirá que no se deben separar las ideas de las cosas, ya que la idea está inmersa en la cosa u objeto mismo.

Alma



Podemos definir alma de 2 formas:
-Aquello que nos diferencia de los animales ya que nos da la posibilidad de razonar
-aquello que se encuentra en todos los seres vivos (animales y plantas) que nos da la posibilidad realizar actividades vitales
Para Aristóteles, el alma es el se basa principalmente en la segunda idea de esta, pero no olvida del todo la primera idea. Existen 3 tipos de almas señala Aristóteles, la vegetativa, la sensitiva y la intelectiva. Si bien los entes tienen una sola alma, estas cumplen en los animales 2 funciones: vegetativa y sensitiva, y en los seres humanos 3 funciones: vegetativa, sensitiva e intelectiva.

Filósofos pre-Socráticos

El poder para Foucault

Kant rompe el paradigma: Juicios sintéticos a Priori




 
Immanuel Kant (1724-1804) fue un filósofo alemán que dentro de sus planteamientos filosóficos abarcó el tema del conocimiento instaurando en él los conceptos de “Juicios analíticos” y “Juicios sintéticos”; Conocimiento a priori y a posteriori respectivamente.

A priori del latín "anteriormente" significa “con anterioridad a la experiencia” y A posteriori del latín "posteriormente" significa “con posterioridad a la experiencia”; Kant hace incapié en estos conceptos para teorizar y profundizar su planteamiento del conocimiento y cómo debería ser el conocimiento científico para que éste tenga una validez real, dejando de lado al noumeno (realidad) como objeto de estudio, enfocándose en el sujeto que conoce y cómo conoce.
Para Kant, los juicios a priori eran aquellos que se obtenían mediante el ejercicio de la razón pura; son universales y necesarios, son verdades irrefutables. Por ejemplo: “2 más 2 es igual a 4”, “un triángulo tiene 3 lados”, etc; Estas son afirmaciones matemáticas y también geométricas que se desarrollan a un nivel abstracto (razón) de forma no-empírica, en base a axiomas y teoremas, por consiguiente, pertenecen a los juicios analíticos.  



Por otro lado, están los juicios a posteriori, que son aquellos conocimientos basados únicamente en la experiencia y que son comprobados a través de ésta; son particulares, contingentes, verdades no-fijas y mutables, no necesarias. Por ejemplo: “Los alumnos de filosofía son aplicados”, "El hielo se derrite con el calor". Bajo estas dos concepciones del conocimiento, Kant propone que los juicios analíticos no nos permiten descubrir nada nuevo y a su vez los sintéticos tampoco porque se encuentran limitados al presente, por lo tanto, Kant propone que es indispensable que los juicios de la Ciencia sean sintéticos y a la vez a Priori, producto de una intuición intelectual y también sintético avalado en el aquí y ahora por la experiencia.

Kant utilizó la afirmación "La recta es la distancia más corta entre dos puntos" para comprobar que existen Juicios sintéticos a Priori, ya que:



1) No es un juicio analítico (a priori) ya que la recta por sí sola no implica distancia.

2) No es un juicio sintético (a posteriori) ya que trata una verdad sin tener que medir distancias entre dos puntos, sin la necesidad de recurrir a alguna experiencia comprobatoria.

Al establecer este tipo de juicios, Kant elimina todo empirismo radical al crear una mezcla de ambos juicios y así encontrar suelo firme para el conocimiento y el desarrollo de las Ciencias.

Como conclusión, Kant sostiene que los juicios sintéticos verificados a través de la experiencia no tendrían valor alguno si solamente tuvieran el fundamento de la percepción sensible, tendrían sólo una validez precaria y nadie estaría seguro de lo que enuncian.

El marxismo como filosofía de vida

El marxismo menciona que toda conducta humana implica la aceptación previa de una escala determinada de valores que se traducen en la conducta real. El marxismo, aparte de mencionar tal enunciado, es considerado como el sistema filosófico que en la forma más perfecta une la teoría con la práctica.  


Karl Marx, así como lo hiciese Sócrates en su época, se opone a los demás filósofos mencionando que “los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de diversas formas, cuando se trata de transformarlo”. Marx impone que la filosofía no es más que un mero reflejo de la situación de la sociedad en la cual se circunscribe, pero además no debe estimarse como una forma de interpretar la vida, si no que debe ser una herramienta para analizar la sociedad y criticarla de forma constructiva, acelerando el proceso de revolución social.
 
Según el marxismo, este proceso de revolución social se lleva a cabo mediante la lucha de clases distintas y opuestas: el Proletariado y la Burguesía. Marx definirá a estos grupos como aquellos que trabajan y aquellos que viven del trabajo, es decir, los capitalistas. Para romper con las condiciones de explotación generadas por la ambición del capitalismo, Marx hace referencia a una pirámide la cual posee una estructura en su base en la cual se encuentra la explotación como tal, y que además posee una superestructura que permite que la base se perpetúe en el tiempo, para Marx, esta base debe ser derrumbada por medio de la Lucha de Clases.

Sócrates y la mayéutica

Sócrates es conocido como el gran filósofo griego, imponiendo ideas distintas a las que, en ese entonces, eran conocidas por medio de los sofistas, los sabios filósofos que buscaban la verdad para el origen de las cosas, sin embargo, debido a que cada uno poseía una teoría distinta, no se podía establecer una verdad única. Sócrates se inclina hacia la búsqueda de la verdad como un concepto de bondad universal, sin embargo, Sócrates no impone tal concepto, si no que se basa en la mayéutica, concepto que debe ser entendido como “el arte de hacer nacer” y, en el caso del sistema socrático, “hacer nacer el conocimiento”. Sócrates menciona que el conocimiento está dentro de todos, pero que debe hacerse salir; para esto, Sócrates analizará las respuestas de los sujetos (como los sofistas) y luego se presentará como un ignorante, pero que hará preguntas tales que hagan reflexionar al interlocutor. Por lo tanto, se puede estimar que la mayéutica de Sócrates radica en una ironía que parte desde una idea pequeña y particular, hasta algo complejo y abstracto buscando lograr encontrar una verdad universal que debiese de ser conocida como Virtud, la cual no es más que la Sabiduría o búsqueda incansable de la justicia, la verdad y la belleza.


12 octubre 2010

Duda Metódica: "Pienso, luego existo" (Cogito, ergo sum).

La “Duda Metódica” es un método o medio establecido para llegar a un principio completamente evidente. Fue instaurada por el filósofo francés René Descartés para edificar una filosofía perfectamente estructurada; para ello será imprescindible comenzar de una verdad absolutamente indubitable de la cual nadie pueda dudar y mantener una postura escéptica, de la cual se pueda derivar todo el edificio del conocimiento.
Según la duda metódica, para hallar una primera verdad es necesario desechar todo conocimiento adquirido que no esté debidamente fundamentado, dudando del conocimiento adquirido empíricamente (a través de los sentidos) bajo la premisa "no admitir jamás ninguna cosa como verdadera en tanto no la conociese con evidencia"; sin olvidar que Descartes utilizó la duda no para dudar realmente, sino como método para hallar la primera verdad absoluta. Para lograr su objetivo, el filósofo Francés estableció tres motivos de duda: Duda sobre el mundo sensible, la hipótesis del sueño o la hipótesis del Genio Maligno.


1) Duda sobre el mundo sensible: El mundo sensible es aquel mundo que percibimos a través de los sentidos, aquel mundo con el cual nos comunicamos. Descartes sostiene que frecuentemente los sentidos nos engañan, que percibimos ilusiones o alteraciones de la realidad (como la forma de un objeto a mucha distancia) y que no es fiable basarse de la percepción sensible.


2) Hipótesis del sueño: Descartes dice que es imposible distinguir entre el sueño y la vigilia. Si bien es cierto que existen situaciones de las cuales sería ilógico dudar (como el estar ahora mismo sentado en una silla y vistiendo una polera negra) ¿Quién nos asegura que mientras estamos leyendo esto no estamos dormidos? En algunos sueños existen situaciones que se repiten en la realidad, por lo tanto, es imposible distinguir entre el sueño y la vigilia.

 

3) Hipótesis del Genio Maligno: “Tal vez hemos sido creados por un Dios que nos obliga a engañarnos sistemáticamente, que ha dispuesto nuestra naturaleza de tal modo que creemos estar en la verdad cuando realmente estamos en el error”. Con esta premisa se pone en duda la legitimidad de las afirmaciones que parecen tener la máxima evidencia, afirmaciones del tipo "dos más tres es cinco" o "la suma de los ángulos de todo triángulo es igual a dos rectos". Por lo tanto, se llega a dudar la veracidad de la propia Matemática.

Las cosas que para nosotros se pueden considerar verdaderas, para seres pertenecientes a otras especies, o seres racionales que tuvieron una evolución biológica diferente ( los extraterrestres) pueden ser distintas a las nuestras. Las matemáticas, por ejemplo, tienen una validez universal para el ser humano, en el sentido de que para otros seres con una naturaleza distinta a la nuestra, las verdades matemáticas sean también distintas a las nuestras. Si reflexiones de este tipo nos llevan a razonar que el reconocimiento de algo como verdadero son dependientes de nuestra propia forma de ser, hasta el más sólido conocimiento puede ponerse en duda; Descartes introdujo la hipótesis del genio maligno para señalar esta última duda.

En conclusión, Descartes sugiere que no podemos fiarnos de la existencia de algo excepto del pensamiento, ya que de ahí surge la Duda. Esto se debe a que, a menos que afirmemos primero la existencia de un sujeto que piensa, no es posible nisiquiera pensar la existencia de algo, lo que llevó a Descartes a hallar la primera verdad absoluta: “Pienso, luego existo” (Cogito, ergo sum).